domingo, 30 de junio de 2013

Espíritu del tiempo

Creo que fue el romanticismo alemán quien acuñó la expresión "Der Zeitgeist", "el espíritu del tiempo" (o de la época), o al menos fue en el siglo XIX donde se hizo un uso abundante de él (ver las bellísimas poesías de locura de Hólderlin con ese título).
¿Qué expresa "espíritu del tiempo", que no puede ser dicho con ningún otro concepto? Eso que podemos experimentar nosotros hoy mismo: la época va por su rumbo, erige sus valores, promueve lo que considera bueno, y rechaza lo que considera malo, con escasa relación en muchos casos con aquello que era considerado bueno o malo (y admitido o rechazado) unos años antes.
Los pocos que se oponen a esta actuación del Espíritu del tiempo claman angustiados: "relativismo", "lobbys", etc... todo parece inútil, el Espíritu del tiempo sigue erigiendo como bueno, y más que bueno, como deseable, cosas que hace apenas dos décadas nos hubieran parecido ridículas, y sigue relegando al desván de lo impresentable lo que hasta hace pocos años representaba el difuso "sentido común".
Ya le pasó a Platón en el siglo IV aC: su época había cambiado, había sobrevenido un nuevo espíritu, el Espíritu del tiempo estaba erigiendo a pasos acelerados nuevos valores, y el gran filósofo sólo veía el crecimiento del relativismo y el ansia de poder sin ninguna substancia a su alrededor; predicó y predicó contra todo ello, escribió como ningún otro había escrito; pero sus libros en el momento cayeron en gran parte en el olvido o la incomprensión; su propia Academia -unos años después de su muerte- adoptó el escepticismo como filosofía, algo de lo que el propio Platón, de haber podido, se hubiera defendido con uñas y dientes.
Los que sabemos cómo siguió el curso de la historia, podemos ver que ese siglo IV era el doloroso parto de una época luminosa como fue la civilización helenística, pero Platón no podía ver eso, y murió -quizás un poco amargado- sin conseguir que se aceptara algo tan evidente como que la verdad no es el derecho del más fuerte.
En la actualidad ciertos grupos católicos (o religiosos en general, porque hay lo mismo entre los musulmanes, entre los protestantes, entre los judíos) claman contra lo que parece evidente: la disolución de todo valor en el relativismo, el hedonismo, etc. Algo que va más allá del problema religioso. Incluso gente no específicamente religiosa clama por lo mismo. Todos ellos tienen algo en común: son minoría.
No se trata sólo de una minoría numérica: son minoría en el lenguaje, cualquier argumento choca contra la imposibilidad de ser comprendido, y a la postre, incluso oído, en el espacio público. A esto hay que sumarle los tremendos errores comunicativos que cometen, la mezcla indiscrimida de valores profundos con politiquería "de derechas" puramente circunstancial, etc, lo que no hace sino reforzar la convicción de que sólo se trata de "fachas".
Naturalmente tal minoría no está en stuación de escoger sus compañeros de ruta con demasiada delicadeza, así que si a una marcha "prolife" se suman activista "pro Cuba free", es imposible ponerse quisquillosos y decir: es que mi lucha no tiene ni asomo de relación con la tuya. Y allí los vemos, en esas marchas donde se mezclan banderas de todo pelaje, con la doble característica de ser a la vez rancias y minoritarias.
Hay mucha buena voluntad en todo ello, y gente de gran valor moral, que lucha con sinceridad y hasta ánimo (yo lo hubiera perdido hace tiempo), pero luchan con el diagnóstico equivocado, y es como si viéramos a una esposa trabajar y trabajar para comprar toneladas de aspirina para calmar los dolores del marido, creyendo que tiene gripe, cuando lo que tiene es cáncer. Admiraríamos la entrega de esa mujer, su abandono solidario en el problema del marido, pero si nos pidiera ayuda le diríamos: lo único que te puedo ayudar es en que pensemos juntos y de nuevo el problema, de ninguna manera puedo sumarme a tu esfuerzo, porque sólo conduce a la frustración y al desengaño.
Cuando se confunde el Espíritu del tiempo con "lobbys" y "mero relativismo", "influencia de los medios, que le comen el coco a la gente", etc, se ha errado el diagnóstico. Contra un lobby se puede oponer otro lobby, contra el relativismo, el razonamiento sólido y fundado, contra unos medios otros medios; pero si algo deberíamos haber aprendido en 5000 años de civilización humana escrita (y mucho más no escrita) es que contra el Espíritu del tiempo no se lucha, se transforma desde adentro, o se queda uno afuera, gimoteando en su frustración y desengaño.
Continuará...

3 comentarios:

  1. El ejemplo de Platón es muy interesante, pero puede dar lugar a algunas lecturas con las que no estoy seguro de que concuerdes. Por ejemplo:

    1. La vida y obra de Platón (y Sócrates) se define en buena medida por la lucha contra los sofistas, que vendría a ser igual a la lucha contra "el espíritu del tiempo". Ahora bien, esa lucha estaba equivocada, era corta de vista, al modo que lo es la de estos católicos conservas. Ergo, Platón (y con él Sócrates) es, en lo esencial, un pavote.

    2. Análogamente, y a la inversa: puesto que Platón (y con él Sócrates) no es ningún pavote, y que su aparente fracaso terminó fundando (o poco menos) la civilización occidental, y que el helenismo (del cual es eximio representante) terminó siendo un ingrediente poco menos que esencial de cristianismo, está bien pelear, como hizo él y como hacen los católicos en clave reaccionaria-contra-cultural.

    ResponderEliminar
  2. Segunda objeción (en realidad, invitación a aclarar-desarrollar) :

    "contra el Espíritu del tiempo no se lucha"
    ¿Por qué no? ¿Porque es todopoderoso, porque es bueno, porque es... inevitable? ¿No implica esto una especie de rendición o colaboracionismo inaceptable? ¿El espíritu del tiempo no puede ser, al menos en ciertos tiempos, identificado con "el mundo" en el peor sentido de la palabra, o con "la ciudad del hombre"? Si el espiritu del tiempo resulta ser a-cristiano (o anti cristiano) ¿no hay que luchar contra el para que sobrevenga un "espíritu del tiempo" cristiano? ¿Qué diferencia hay entre "luchar contra" y "transformar desde adentro"?

    ResponderEliminar
  3. Que buen debate Hernán y Abel. Yo pienso como Cristiano en Dar testimonio con mi vida, Ocupar espacios que ocupan otros... La contracultura es "transfigurarlo desde dentro", "Ir al encuentro de las personas"...Será?

    ResponderEliminar