jueves, 8 de agosto de 2013

De sitios tradicionalistas

Yo no soy un tradicionalista (en sentido eclesiástico, me refiero); es más, creo que lo que de auténtico contiene el nombre "tradicionalista", ya está contenido en la palabra "católico", y lo demás termina ideologizando la tradición, y no me interesa, por muchas verdades parciales que pueda contener. Sin embargo, ese es un motivo personal para no adoptar un tradicionalismo, pero no me impide comprender que hay cierta "sensibilidad tradicionalista" y que se expresa desde lamentables formas cismáticas, como la de Mons Lefebvre, hasta los intentos de vivir esa sensibilidad en plena comunión con la Iglesia.

Reconozco que eso último es muy difícil, y que la vía fácil del cisma es atrayente para cualquiera que esté en esa posición.
Es difícil ante todo por razones internas a la propia sensibilidad tradicionalista: el tradicionalismo siente que posee un acceso inmediato a la voluntad de Dios, en tanto esa voluntad se expresó de manera clara en determinados documentos pontificios, por tanto, nuestra "sensibilidad discutidora", el hecho de que los demás no veamos como claro e inmediato algo que ellos ven como claro e inmediato, resulta no sólo errado, sino incluso blasfemo. Por otra parte, si hay algo que rehúye nuestra sensibilidad actual, "a la moderna", es que alguien se atribuya hablar desde lo absoluto, así que también por nuestra parte hay dificultades en integrar la sensibilidad tradicionalista. Por los dos lados es muy difícil.

Para embarrar aun más el panorama, los que se muestran en el amplio mundo del web como representantes del tradicionalismo, dejan tanto que desear a nivel de testimonio religioso en esas webs, son tan flagrantes las críticas despiadadas, sin ningún viso de comprensión por el hermano (supuestamente) descarriado, que más que tradicionalistas parecen simplemente enajenados mentales, aferrados a la pobre certeza que les dan unos documentos, por el hecho de que son viejos.

Este es un juicio de valor muy general, por tanto muy injusto seguramente hacia individualidades concretas, pero es un juicio que se basa en mi experiencia, habla de lo que yo me topo permanentemente cuando leo sitios tradicionalistas. En general ni siquiera trato de discuitir en sitios así, porque creo que con el loco no se discute, se reza por él, que es todo lo que podemos hacer.

Toda esta reflexión viene a cuento de que encontré ¡por fin! en la red, un sitio tradicionalista que creo que es de verdad tradicionalista -es decir, exponente de una "sensibilidad tradicionalista"-, de verdad católico -es decir, ni solapada ni abiertamente cismático-, y que habla desde lo que su autor percibe como la verdad interna del tradicionalismo, y no desde la falsedad de los demás.

El sitio está en italiano, pero no tiene ninguna clase de dificultad su lectura, es un italiano muy sencillo. Los dejo con un par de post recomendados:

Respuesta a un lector que le cuestionó la utilidad de sitios tradicionalistas

Los tradicionalistas bergoglianos  (interesantísimo, sobre todo porque el adjetivo "bergogliano" le debe haber dado urticaria a más de un tradicionalista)

Cuando estaba por pegar este post, veo que en el sitio que comento acaba de aparecer un nuevo post, comentando ciertos ecos que tuvo su post de ayer sobre los "tradicionalistas bergoglianos". Este nuevo post me reafirma de lo dicho más aarriba, y aprovecho para extraer un párrafo, que expresa mejor que yo lo pude hacer, la diferencia entre sitios tradicionalistas enfermizos y auténticos:

«Termino desaconsejando vivamente frecuentar esos sitios de internet que, a pesar de declararse fieles a la Tradición, en realidad son nocivos para las almas, porque las alejan del Evangelio. Entre otras cosas, son a tal punto pesimistas, rabiosos y melancólicos, que se arriesgan a meter en depresión a los lectores incautos :-) No se trata de ser "optimistas", se trata de tener esperanza y fe en Jesucristo, el cual ha prometido que las puertas del infierno no prevalecerán jamás contra la Iglesia.»

2 comentarios:

  1. Abel que lindo eso que colocas... A mi esos sitios me entristecen y me quitan la esperanza. Mucha mala onda y poco amor por el prójimo.
    Odián la cultura del encuentro.. que dice el Papá..
    ¿Que opinas de esa Cultura? Yo soy de Argentina del Interior y veo al Papa muy Porteño en el sentido de hablar, así como canchero. Esta semana me toco ir a Bs As. Por trabajo... y vi los inmigrantes en retiro y vi la gente en el ambiente laboral, que no saluda, que tiene cara amargada... Y comprendi a Francisco.

    ResponderEliminar
  2. «Cultura del encuentro»... cuando leí esa expresión del papa en Brasil, no pude dejar de evocar el hermoso verso del gran brasilero Vinicius de Moraes: «A vida é a arte do encontro, embora haja tanto desencontro en nossa vida» (la vida es el arte del encuentro, a pesar de que hay tanto desencuentro en nuestras vidas), versos que me acompañan desde jovencito.
    Precisamente porque la vida sólo es vida en el encuentro, no me gusta la expresión «cultura del encuentro», porque daría la impresión de que hubiera otras posibilidades, otras «culturas». A veces por querer insistir, se termina convirtiendo esas intuiciones en frases hechas, y un poco vacías: «cultura de la vida» , «todos somos Iglesia», etc... obviedades, que viene bien que se nos recuerden alguna vez, pero no que las convirtamos en trincheras.
    Cuando pasa lo que dices, que la gente está amargada, no saluda, hosca, irritable, no está en otra «cultura», simplemente está saliéndose de la vida, del "arte de la vida".

    ResponderEliminar